jueves, 31 de diciembre de 2009

Se termina la década, la radio empieza a llorar.


Meditación salvaje a orillas del río idem,
navegando yo me iré a naufragar.

La tranquilidad después de la paliza
en esta odisea 2001
la de Racing, la del sismo,
la difícil, la que usa el salmón.

Retrospectiva de un pajero adolescente
hacia un surrealismo divino,
oleoso, oloroso y brillante como confite navideño.

Profundo y obsesivo
como los precipicios sin piso, sin tope.

¡Sonrisa mediaval despierta!
te la ofrezco un buen día de sol.

Seisañosseis, volver a ir sin pelo
pero con los melenudos al viento, al sensible viento.

Con un respetoso cobarde
con alas de papel y garras de león.

Como Dios en reposera, con su copa de vino
como correr en cinta con la cabeza en la mano.
(Así, tal cual Judith y Holopherne)

Aire y colores explosivos,
estallen en el muro
que nadie los limpie hasta el año que viene,
que ahora mismo, es hoy.

Sabiduría de trazo cansado y papel añejo,
(Gastado por el rose, añejado por el sol)
vete hoy a ninguna parte, a dormir hasta mañana.

Mirá la luna entre las nubes movedizas,
para encontrar entre ellas, su brillo escondido,
para encontrar en ella la esperanza perdida.

Gritando como lobo de montaña,
sin saber de años y tiempos,
sin saber de nuevas épocas ni remotas,
sin chocar las copas antes de dormir y seguir como si nada...
como si nada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hi there i am kavin, its my first time to commenting
anyplace, when i read this paragraph i thought i could also
make comment due to this sensible post.

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